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sábado, 30 de agosto de 2014

Dos viajes y una despedida

A finales de julio estuve en Hamburgo, adonde fui con Kristina y Alex, quien se portó casi bien durante el día y medio que duró en total el viaje. En Hamburgo pudimos disfrutar de un recorrido en piragua por los canales de la ciudad (por algo la llaman "la Venecia del Norte"), de su playa artificial pero acogedora a orillas del río Elba y, cómo no, de unas cuantas cervezas locales. Como curiosidad, me encontré con una de esas historias que yo pensaba que solamente ocurrían es España (y desde luego, nunca en Alemania): la Filarmónica del Elba, un majestuoso auditorio a orillas del río, pero también un faraónico proyecto que va con varios años de retraso y terminará costando mucho más de lo inicialmente presupuestado. He encontrado un blog alemán en el que citan éste y otros proyectos fallidos alemanes, incluyendo un aeropuerto en Berlín que nadie sabe muy bien cuándo abrirá. ¿Os suena?
 
 
Y el pasado finde, para aprovechar el último festivo antes de Navidades en el Reino Unido y la posibilidad de hacer una visita sin congelarme en el intento, fui a ver a mi amigo Brandon a Suecia. Brandon lleva dos años trabajando  como profesor de Ciencias Naturales en una ciudad llamada Gävle. Allí tiene un compañero de trabajo canadiense que pesa unos 115kg y que fue mi monitor de gimnasio por un día, rodeado de una multitud de suecos musculosos que se ejercitaban impasibles y de suecas que..., bueno, ¿qué os voy a contar de las suecas que no hayáis oído ya? Comprar alcohol allí fue más difícil de lo que esperaba, ya que el gobierno sueco tiene un monopolio y las bebidas de más de 3,5º hay que comprarlas en una licorería. Y además de pasear por la tranquila Gävle, también pasamos algún tiempo en Estocolmo, una ciudad señorial, muy limpia..., y carísima. Estocolmo es una ciudad formada por varias islas, unidas entre ellas de forma tan natural que uno podría pensar que está cruzando canales. Y por eso (también) la llaman "la Venecia del Norte". Si queréis una lista con algunas otras "Venecias del Norte" europeas, Wikipedia tiene una respuesta para eso.
 
 
Siendo un español emigrante y preocupado por lo que ocurre en mi país, hablar de Suecia me lleva a hablar de corrupción. Como se puede ver en el mapa, recientemente elaborado por Transparencia Internacional, Suecia es uno de los países con niveles de corrupción más bajos del mundo. Según el profesor Fernando Jiménez Sánchez, de la Universidad de Murcia, el secreto de este éxito reside en una combinación de tres factores: (a) alto capital social - las personas confían las unas en las otras incluso sin conocerse, (b) una sociedad igualitaria y (c) instituciones gubernamentales eficientes e imparciales. Si queréis oír su ponencia sobre corrupción y estrategias de salida, que a mí me ha parecido muy recomendable, la podéis encontrar en el siguiente enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=y3jMvxvIRak

Para terminar por hoy, mi objetivo principal del finde es pasar el mayor tiempo posible con Ronaldo, que se marcha ya la próxima semana. Ayer vino a cenar y me contaba que está contento, ya que ha conseguido ahorrar un buen dinero en estos meses y podrá pagarse la matrícula del Máster que quiere hacer en Portugal el próximo curso. Ronaldo ha pasado el último mes y medio trabajando con su novia en un bar de tapas españolas regentado por un iraní (!), y esta tarde me llamaba desde allí para decirme que ha conocido a un tipo majo en el bar - viniendo de él eso puede significar cualquier cosa - y que mañana me lo va a presentar. Ronaldo ha trabajado tantas horas este verano que aún no ha ido a ver el puente colgante de Bristol, así que este domingo será el día. Su ahínco por ahorrar el máximo dinero posible ha hecho que nos veamos mucho menos de lo que yo esperaba últimamente, pero le echaré de menos cuando se vaya. Y creo que no seré el único...