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lunes, 12 de junio de 2017

Llegó el momento

¿Cuándo es el momento de escribir una entrada de despedida para un blog? Para mí, las despedidas son parte de un proceso natural de la vida, en la cual atravesamos diferentes etapas. Cada etapa tiene su historia y su propósito, aunque a veces sea difícil verlo, y también sus elementos que nos acompañan durante ese tramo del camino, y que nos ven crecer y desarrollarnos hasta que estamos listos para dar el salto a la siguiente etapa. Algunos de esos elementos pasarán a formar parte de nuestra vida y serán centrales en futuras etapas, mientras que otros se irán alejando como las ramas de un árbol que crecen en direcciones distintas.

Este blog nació en septiembre de 2013, recién mudado a una ciudad en la que los días eran cada vez más cortos y fríos y la gente hablaba con acentos difíciles de comprender para mí. Por aquellas fechas, me sentía perdido lejos de mi entorno y mis costumbres, trabajando en un ambiente completamente diferente y sin tener apenas gente con la que sentarme a charlar fuera de la oficina, más allá de esa familia adoptiva en la que pronto se convirtieron Kristina y Alex. Lejos de los míos, este blog supuso para mí abrir una ventana al exterior a través de la cual me comunicaba y me sentía en contacto con todo aquel que quisiera hacerme una visita virtual. Durante estos años, he disfrutado de veras compartiendo con todos vosotros las experiencias y curiosidades que he ido coleccionando durante mi primera etapa aquí, en la cual casi todo era una novedad. Este blog ha sido un valioso recurso para los días en los que me sentía solo y desamparado, y también para otros en los que simplemente quería mandar un mensaje internacional en un período en el que el Reino Unido era un destino apetecible para casi todos los emigrantes europeos.

Cuatro años después, Bristol se ha convertido en un segundo hogar para mí, una ciudad con encanto y llena de memorias agradables en cada rincón. He visto cómo las estaciones frías dan paso a una verde primavera y a un verano con temperaturas ideales para pasear por la ciudad. He encontrado a Lyndsey, una compañera que hace mi vida más bonita desde que abro los ojos cada mañana, y que me ha dado fuerzas para luchar por hacerme un sitio en un entorno de trabajo en el que ahora me respetan y valoran. Y he encontrado amigos con los que seguir disfrutando de viejas aficiones como la música y el fútbol, o disfrutar de nuevas actividades como el senderismo y el rugby. Poco a poco, las novedades divertidas han dado paso a un período de estabilidad en el que me siento realizado con mi vida aquí, y al mismo tiempo cerca de mis raíces. Muchas cosas han cambiado y siguen cambiando, pero ésta ya no es la historia de un veinteañero español que os contaba sus peripecias diarias rodeado de esos extraños británicos, mientras descontaba mentalmente los días para encontrar ese trabajo estupendo que me estaba esperando en España a la vuelta de la esquina. A día de hoy, me siento igual de español que cuando llegué, pero también muy afortunado por haber venido aquí, y me agrada la idea de vivir en cualquiera de estos dos países en un futuro. Aunque ya sabéis que uno hace sus planes y luego la vida se encarga de ponernos donde nos corresponde...

Y ahora, ¿hacia dónde vamos? En mi caso, cada vez disfruto más explorando España y Reino Unido. Mi último cumpleaños lo celebré en la hermosa Península de Gower, al sur de Gales, en la idílica playa de Rhossili Bay; y este año me he quedado por primera vez aquí por Semana Santa para disfrutar de los tradicionales huevos de Pascua y el roast lamb por Viernes Santo, en el Lake District, un hermoso e inmensamente verde parque nacional al noroeste de Inglaterra. Ahora es el turno del Camino de Santiago, una experiencia mágica y un modo estupendo de seguir conociendo ese precioso país que me vio nacer, y este verano pasaré por la cautivadora Andalucía antes de mi veraneo de todos los años en La Manga. Disfruto y admiro sinceramente los méritos de ambos países, y lo digo bien alto en un tiempo en el que los discursos del odio y la segregación han calado profundamente en muchos países, y también en el Reino Unido. En el fondo, tenemos muchas cosas en común en las que apoyarnos, y también diferencias que nos ofrecen una oportunidad para enriquecernos mutuamente.

Así que me despido, al menos temporalmente. Gracias a todos los que, de un modo u otro, habéis formado parte de esta etapa. Desde Bristol, os mando mis mejores deseos para todos vuestros proyectos futuros.