
Este finde fui a Lisboa a visitar a mi amigo Ronaldo. Él ya me visitó en Murcia apenas unos días antes de comenzar la era bristoliana, y pronto formará parte también de mi aventura por aquí, ya que se viene a buscar trabajo este verano. Conociéndolo, estoy seguro de que lo encontrará. Apareció por primera vez en mi vida hace dos años, cuando estábamos los dos estudiando en Bélgica durante unos meses. Yo había aterrizado en el país apenas unas horas antes, y al escuchar mi acento español en la sala de espera del servicio de alojamiento, se levantó con los brazos abiertos y una amplia sonrisa mientras se presentaba como "mi hermano portugués". Ronaldo tiene una forma de ser que no deja indiferente a nadie. Es capaz de hablar de historia con la pasión y el detalle de mi paisano Arturo Pérez Reverte, y también de mostrar la actitud ante la vida de Santiago Segura en
El Gran Vázquez. Esa mezcla ha resultado en un finde muy entretenido, en el que hemos terminado conociendo y charlando con gente en casi todas partes. Suelen decirnos que somos muy distintos, pero desde que nos conocimos nos tratamos con cariño y respeto mutuo, lo cual suele ser una garantía para que la gente se lleve bien. Podría contaros muchas anécdotas, pero me quedaré con la de una china a la que conocimos en Sintra y que unos minutos después nos decía: "pensaba que los portugueses eran reservados y que los españoles estaban locos, pero ahora pienso que es justo al revés".
Ahora que ya os he presentado a Ronaldo, pasaré al segundo objetivo de la entrada: ¡que vayáis todos y todas a Lisboa, que está aquí al lado y es preciosa! Sé que es una obviedad, pero nunca había estado en un país tan parecido a España como Portugal. Y como a mí me encanta España, y más ahora que se ha convertido en mi lugar de vacaciones, pues pasé un finde estupendo en el país vecino. Aquí os dejo algunas fotos...








Para terminar, hoy toca hablar un poco de fútbol. ¡Qué año tan bonito para los amantes de este deporte! Siempre habrá unos más de acuerdo que otros con esto, claro, pero lo cierto es que no es habitual vivir un final de liga tan apretado como el de este año en Inglaterra y en España. Los españoles tenemos reciente la alegría de ver al Sevilla campeón de la Europa League, y de fondo está ese derby madrileño en la final de la Champions League. Y entre ellos, los seguidores del Real Madrid, al que siempre se le dieron mal los equipos alemanes, hemos disfrutado viendo cómo caían en cada ronda el Schalke 04, el Borussia Dortmund y el Bayern de Múnich. Algunas victorias fueron tan contundentes que se me ocurre que los nombres adecuados serían Schalke 16 y Bayern 04. Ahora el Madrid puede ganar la Décima, y enfrente estará ese Atlético heroico capaz de hacer frente a los mejores con un presupuesto mucho más bajo. La pena es que solamente puede ganar uno... Aproveché el viaje a Lisboa para visitar el (¡rojiblanco!) estadio del Benfica, donde se jugará ese partidazo. Y antes de eso, otra verdadera final para decidir quién se lleva la Liga. Y en unas semanas, el debut de España en el Mundial... Buena perspectiva, y más aún porque podré ver todos esos partidos con buenos amigos o familiares españoles a mi lado. Para empezar, este finde viene de visita el londinense Dani. Habrá que tratarlo bien, para hacer honor a lo que Ronaldo denominó "hospitalidad ibérica". Me gusta el término, sí señor...
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