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viernes, 21 de octubre de 2016

Las dos caras de la moneda

Han pasado varios meses, y durante este tiempo he salido varias veces del Reino Unido. Eso incluye tres visitas a España, aunque dos de ellas fueron viajes de trabajo y solamente en verano pude regresar a Murcia para disfrutar de unas vacaciones en mi tierra y con mi gente. Y una pregunta sale a escena cada vez que salgo de viaje, e incluso a veces cuando algún amigo que no vive en Reino Unido me escribe para saludar: ¿qué pasa con el Brexit? Nadie tiene una respuesta clara y satisfactoria a esta pregunta, pero sí que he encontrado algunas ideas interesantes acerca de lo que ha pasado, lo que está pasando, y lo que se avecina...

Comenzando por el pasado, uno de los fenómenos más curiosos que he encontrado últimamente es este gráfico del Financial Times en el que se pone en relación la proporción de votantes que apoyaron "Leave" con la cantidad de fondos que reciben de la Unión Europea. A simple vista, parece que hay una asociación, y el sentido de esa asociación es bastante sorprendente: las regiones de Reino Unido que apoyaron la salida de la Unión Europea con más entusiasmo son las que reciben más fondos de la UE. Que cada cual saque sus conclusiones...

¿Qué está pasando ahora? Pues de momento, hay más revuelo que otra cosa. Uno de los pocos hechos reales es que a día de hoy la libra vale menos que hace cuatro meses en relación a la mayoría de divisas internacionales, lo cual es bueno para unos y malo para otros. Para Roy, mi amigo holandés y compañero de despacho que viaja cada fin de semana a Ámsterdam a visitar a su pareja, esto equivale a una "bajada de sueldo", en sus propias palabras; todo lo contrario que Matt, otro compañero australiano que trabaja en mi centro y que, al cobrar en dólares australianos, nos cuenta que su dinero aquí de repente vale más que antes.

¿Y cómo están los ánimos? Pues removidos. Desde la universidad nos mandan cada dos semanas un "avance informativo" que se resume en muchas reuniones con muchas entidades y ninguna conclusión ni respuesta útil. De vez en cuando hay alguna cascada de e-mails con experiencias de cosas que están cambiando para mal, como una compañera que nos contaba que en el colegio de sus hijas estaban elaborando una lista de alumnos extranjeros porque así se lo habían pedido "desde arriba". Y esta semana ha habido otro revuelo, ya que han llegado un pequeño grupo de refugiados menores de edad a Reino Unido y algunas reacciones han estado por debajo de lo que yo esperaría de otros seres humanos. El ex-futbolista inglés y comentarista deportivo de la BBC Gary Lineker, ha condenado abiertamente estas reacciones, y ello ha iniciado una triste batalla mediática que está resumida en castellano aquí. En fin, que vienen revueltas las aguas por aquí...

¿Y qué es lo que nos espera en Reino Unido y alrededores? Pues nadie lo sabe muy bien, y por eso he dejado de recomendarle a mis amigos y conocidos españoles con intenciones de emigrar que busquen trabajo en este país. Se ha anunciado que la salida de la UE se hará oficial en 2019, y para entonces creo que estaré en una mejor posición para decidir cuál es el mejor sitio para mí. Se habla de un "Brexit blando", que consistiría en mantener una relación muy cercana con la UE sin cambios drásticos, y se cita a Noruega como ejemplo a seguir. También se habla de "Brexit duro", que supondría el fin del libre comercio y la libre circulación de personas entre Reino Unido y "ultramar", tal y como algunos llaman al resto de países. De aquí a 2019 yo ya habría cumplido cinco años como residente y estaría en condiciones de solicitar el pasaporte, y a nivel laboral ya me han sugerido que incluso en el peor escenario no debería haber problema para mantener a gente con mi nivel de cualificación. Eso sí, Kristina se ríe cuando me comenta que si hay Brexit duro y decido quedarme, me va a tocar cantar el "God save the Queen". Mejor no pensarlo...

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