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miércoles, 4 de diciembre de 2013

Familia española en Gran Bretaña

Mi segunda excursión por esta isla tuvo como escenario Oxford. A cualquier niño - y también a los que ya no lo somos - le gustaría pasear por esta ciudad señorial y acogedora y encontrarse con el mismísimo colegio Hogwarts de las películas de Harry Potter. De modo que, con alguna lectura de trabajo para el camino y con mi ilusión aventurera tirando de mí, emprendí la marcha para encadenar un total de siete trenes en un solo día. Si lo piensas con serenidad te da pereza y te quedas en casa, así que sólo puedo explicar esta paliza como ganas de hacer un viajecito y encontrarme con gente. Porque allí me esperaban Luis y su familia.
 
Luis es de las personas que se han ganado el derecho a elegir dónde quieren trabajar. Compañero y antiguo jefe, me contaba lo contento que está por haber vuelto otra temporada a Inglaterra, esta vez acompañado por su familia. Luis y los suyos han cambiado el coche por la bici, y también han aparcado por una temporada las incertidumbres para venir a un país donde todo funciona razonablemente bien. La gente puede resultar algo fría y distante, sí, pero para eso se tienen los unos a los otros, y por ello yo les envidio sanamente. Bueno, y hay otra cosa que tienen y que sin saberlo les hace la vida mucho más fácil, y es..., ¡¡¡una secadora!!! Sí, parece mentira, pero es el primer hogar de este país en el que he podido encontrar este electrodoméstico tan necesario en una zona del mundo como ésta. Yo no dispongo de semejante caja mágica, así que el mejor remedio que he encontrado ha sido convertirme en el hombre del tiempo, y organizarme de la mejor manera posible para elegir el día de la colada, que suele ser aquel día de la semana en el que brilla el sol y no llueve. La cosa se va poniendo peliaguda, ya que ahora el sol se pone a las 16 horas y las temperaturas van bajando, pero os dejo el pronóstico de la BBC en el que fue mi último "día de la colada."
 
Por lo demás, sigo viviendo en Sea Mills con Kristina y Alex, que le dan algo de aroma familiar a estos primeros meses de estancia. Los dos se han puesto muy contentos cuando les he dicho que este finde vienen mi hermana Cristina y mi cuñado Pedro. Kristina tiene ganas de conocer a alguno de mis parientes cercanos, ya que ha oído mucho hablar de ellos; y Alex tiene ganas de comprobar si su método de esconderse detrás de la cortina para dar un susto es igual de efectivo con ellos que conmigo, que ya he adquirido la costumbre de asustarme por las tardes cuando vuelvo de la uni. Dice Kristina que en la última visita a Hamburgo, hace sólo unas semanas, le advirtieron de que el niño ya habla alemán con acento inglés. Así es la vida. Y no será porque ella no pone empeño, hablándole casi siempre en alemán y leyéndole cuentos como el de la foto. No hace falta saber alemán para saber de qué trata, ¿a que no?


2 comentarios:

  1. En dos dias estamos alli. Aqui estoy memorizando rutas en google maps y preparando ropa, voy a llevar mas capas que una cebolla jeje

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