Seguidores

lunes, 24 de febrero de 2014

Ese famoso artículo del New York Times

Hace apenas unos días, el afamado diario New York Times publicaba un reportaje dedicado a la cultura española que no tardó en cruzar el charco. Los periódicos españoles - los que yo consulto, al menos - se hicieron eco de la noticia, y entre la charla con mi amigo Gonzalo mientras veíamos el fútbol este miércoles y varias reseñas de mis amigos en las redes sociales a lo largo de la semana, pensé que el asunto tenía cierta trascendencia. Así que busqué el citado reportaje y después de leerlo me quedaron algunas reflexiones que quiero compartir con vosotros. Por cierto, aquí lo tenéis por si queréis echarle un vistazo:

http://www.nytimes.com/2014/02/18/world/europe/spain-land-of-10-pm-dinners-ponders-a-more-standard-time.html?hpw&rref=world&_r=0

En primer lugar, me animé al ver que España aparecía retratada en el reportaje como uno de los países más productivos de Europa, según la agencia Eurostats. Esta noticia me alegró doblemente, ya que por un lado estoy acostumbrado a escuchar (que no compartir) el estereotipo de que los españoles somos vagos y de poca utilidad en el trabajo, y que nuestro hábitat natural son las discotecas a altas horas de la madrugada; y por otro lado me había alarmado tanto al leer algunas de las reacciones al reportaje que estaba esperando encontrar casi un ataque frontal a los españoles. Pero no, no es eso lo que dicen los datos de Eurostats, de los cuales Pablo Prieto hace un audaz análisis en el siguiente enlace:

http://www.huffingtonpost.es/pablo-prieto/desmontando-mentiras-hoy-_b_2018783.HTML

Ahora bien, en este artículo se cuestionan abiertamente los horarios de nuestro país, con especial atención a la siesta en mitad del día. Empezando por el final, creo que existe una imagen algo distorsionada del hábito de la siesta fuera de España que no se corresponde con la realidad. En el reportaje se habla de la siesta como una costumbre prácticamente obligatoria; sin embargo, la mayoría de los profesionales que yo conozco no duermen la siesta durante la semana, y quienes lo hacen suelen pertenecer a sectores donde se desempeñan labores físicas que aconsejan un descanso en mitad de la jornada (albañiles, trabajadores a pie de campo, peones industriales) o bien a profesiones liberales donde los horarios son más flexibles o solamente se trabaja hasta las 15 horas. Yo identifico la estampa de los albañiles durmiendo la siesta como algo típicamente español, y no creo que sea un mal vicio que haya que desterrar. Cuando a los médicos españoles se les pregunta por la siesta, suelen describirla como un hábito natural y con efectos beneficiosos si se practica con la duración adecuada. Aquí van algunas pautas:

http://www.sabervivir.es/salud-al-dia/noticias-de-salud/dormir-la-siesta-no-mas-de-30-minutos-y-en-el-sofa

Lo de los horarios creo que merece más atención. El reportaje menciona jornadas laborales hasta las 20 horas, que hacen difícil eso de la conciliación de la vida laboral y familiar de la que tanto se habla últimamente. También se incide en el retraso del prime time en los medios de comunicación hasta alrededor de las 22 horas (curiosamente, relata el autor, esta costumbre tiene sus raíces en la dictadura de Franco), lo cual hace que muchos españoles (un 25%, según una encuesta) estén aún delante de la pantalla después de medianoche. Esto ya me suena más ajustado a la realidad, tanto en relación a las jornadas laborales de sol a sol - que son aún frecuentes en la empresa privada española - como en lo que respecta a los espectáculos televisivos nacionales (fútbol, series, reality shows...) los cuales rara vez comienzan antes de las 22 horas. Así son las cosas, y supongo que si así siguen es porque la gente está contenta. Yo al final me ciño a menudo al "donde fueres haz lo que vieres", y he llegado a quedar para cenar a las 17:30 en Holanda o a las 23:00 en España. Creo que es bueno ser flexibles, y me pregunto si llegara el día en que pueda proponer una cena a las 20 horas sin que a algunos de mis amigos españoles se les caiga el alma a los pies...

Para terminar, lo que menos me ha gustado de este reportaje es que está basado en criterios puramente económicos; ese enjuiciamiento de nuestra siesta después de comer o de nuestra afición a sentarnos a cenar cuando otros europeos se están poniendo el pijama, obedece únicamente a la preocupación por que eso afecte a nuestro rendimiento en el trabajo al día siguiente. El autor de este reportaje no se pregunta cómo afectan los horarios españoles a la salud de los ciudadanos o a la calidad de las relaciones interpersonales. Es una pena. Creo que cualquier sociedad debería estar estructurada para maximizar el bienestar de las personas, y no su contribución al producto interior bruto. Eso es lo que afirma y defiende firmemente en su último libro Pedro Jara, con quien os dejo - en muy buena compañía - hasta la próxima entrada.

http://regeneraconsciencia.org/tag/el-mundo-necesita-terapia/

No hay comentarios:

Publicar un comentario