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viernes, 18 de octubre de 2013

Trámites

¿Cómo funciona la burocracia en el Reino Unido? Después de casi seis semanas aquí, creo que por fin he terminado con los trámites básicos. Ha costado, y eso que empecé ya en agosto, gracias a la excelente página de otro español, Ricardo, que recomiendo encarecidamente a cualquiera que esté planeando pasar un tiempo aquí (www.diariodeunlondinense.com). En esta web, por ejemplo, aprendí cómo solicitar una tarjeta SIM británica y que me llegara a Murcia sin coste alguno. El resto ya lo tuve que hacer aquí, claro, y de eso es de lo que voy a hablaros hoy...
 
Un trámite básico aquí es la solicitud del National Insurance Number (NINo), que a mí me hacía falta para cumplimentar mi alta como trabajador en el sistema británico. Yo esto lo tenía claro, pero un despiste de los míos me hizo llegar casi 15 minutos tarde a mi cita con la administración. El premio fue una mirada sulfúrica de la funcionaria que me iba a atender, o más bien a mandar a casa hasta la próxima oportunidad. Afortunadamente, su compañera de despacho estaba de buenas, y aceptó sonriente mis jadeantes disculpas mientras me sentaba. El papeleo duró casi media hora, aunque mi benefactora me repetía que el mío era un caso muy sencillo y que todo estaba perfectamente en regla. Le sorprendió que viniese con un contrato, y me habló de los muchos españoles que llegaban a su mesa sin trabajo (luego me crucé con un recepcionista español en la propia oficina, y pensé que probablemente no sería una casualidad). Como yo le daba conversación, me contó que lo que menos le gustaba era que tratasen de engañarla, como cuando un día llegó un matrimonio altamente sospechoso, hasta el punto de que ninguno de los dos era capaz de recordar el día de su aniversario. "Pero también hay casos divertidos a veces", me aclaró, y entonces me contó que, mientras entrevistaba a otra pareja un día, el marido declaró haber estado casado dos veces anteriormente, con la comprensible furia de su actual esposa que se estaba enterando del pastel en ese preciso instante...
 
Lo que más se ha hecho esperar por ahora ha sido la apertura de una cuenta bancaria. El primer paso consistió en una entrevista, previamente concertada, donde la duración y el grado de intimidad de las preguntas superaron a las del párrafo anterior. Mientras yo contestaba sorprendido a cuestiones como mi gasto alimenticio por semana o los detalles de mi trayecto de casa al trabajo cada día, el manager de la sucursal tecleaba mirando inexpresivo a un monitor que desde mi posición era totalmente opaco. Al terminar, me explicó que todavía les llevaría varias semanas comprobar mis datos bancarios en España, y que sólo entonces me podrían ofrecer una cuenta que incluyese una tarjeta de débito. Desde esa entrevista hasta que finalmente he recibido la tarjeta en casa ha transcurrido exactamente un mes. La espera ha sido larga, pero ahora por fin puedo realizar compras en libras sin sufrir las abusivas comisiones que me imponía mi banco español.
 
Finalmente, y ya que tengo intención de quedarme en Sea Mills una temporada, me he inscrito en el centro de salud del barrio. Para ello simplemente tuve que rellenar un formulario, y en él me impactó la pregunta "¿con qué frecuencia toma 8 o más bebidas en una sola noche?" Ante mi insistencia, la recepcionista me aclaró que se referían a cubatas, cócteles o pintas de cerveza (una pinta británica son 0,57 litros), antes de asegurarme divertida que hay ingleses que sobrepasan ese límite cada fin de semana. ¡Ah! Lo olvidaba, también me he inscrito en el censo de votantes, para poder votar en las elecciones europeas. Al menos, mientras los británicos decidan seguir formando parte de la Unión Europea...

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