Como tantos otros, yo soy un joven español con estudios superiores que no encontraba oportunidades en mi país. Y como además de eso soy un viajero nato y ya tengo experiencias (todas buenas) viviendo fuera, la elección de salir a buscar un buen trabajo en el extranjero fue fácil en mi caso. La historia de cómo llegué aquí se resume en las siguientes fechas de este 2013:

- 27 de junio: era un día de resaca. No porque estuviera recuperándome de una noche intensa, sino porque la tarde anterior se había resuelto una convocatoria de becas posdoctorales en Bélgica. Se trataba de un trabajo que podía realizarse a tiempo parcial durante un curso completo, probablemente sin necesidad de traslado más allá de unos meses. Había estado esperando 5 meses la resolución, y no había mirado ninguna oferta durante ese período porque tenía claro que quería aquel trabajo. Pero la respuesta fue negativa. Fulgencio, amigo y director de tesis, presenció en directo mi gran decepción cuando conocí la noticia. Pero he aquí que el 27 de junio amaneció y también salió el sol, y me decidí a probar suerte en Reino Unido, utilizando un buscador especializado (
www.jobs.ac.uk). Y entonces, por primera vez, sonó el nombre de Bristol como un posible destino cuando descubrí una oferta de un gran grupo de trabajo donde buscaban a alguien con un perfil similar al mío. En los días siguientes, envié toda la información necesaria, aunque no era demasiado optimista y decidí seguir mirando ofertas, la mayoría en el Reino Unido. Hasta que, unos días más tarde me escribieron para invitarme a una entrevista...
- 22 de julio: sin duda, el cumpleaños más raro que he tenido hasta ahora (y eso que el listón ya estaba alto). Ese día, ni más ni menos, estaba citado a las 9:40. Llegué antes, y los tres profesores estaban ocupados con otro candidato, aunque Julian, el profesor de mayor rango, salió a entregarme unos resultados sobre los que luego me harían varias preguntas. Reconocí la cabeza rapada de Julian mientras se acercaba, porque ya había coincidido antes en dos congresos con él, aunque nunca me atreví a dirigirle la palabra por su aspecto frío y reservado. Puedo añadir también que fue mi primera entrevista de trabajo, y así quizá ya os vayáis haciendo una idea acerca del estado en que me encontraba cuando la puerta se abrió y yo me arrastré lastimosamente hasta alcanzar la silla más cercana. La entrevista duró 40 minutos, y al principio las otras dos profesoras, que estaban sentadas al

otro lado de la mesa rectangular, me fueron preguntando acerca de mi experiencia previa y la interpretación de los resultados que me habían entregado. Julian, mientras tanto, estaba sentado justo a mi derecha, mirándome fijamente con sus ojos azules y sin mover un músculo para asentir o reprobar ninguna de mis respuestas. Finalmente llegó su turno, y fue el encargado de plantearme las preguntas más complicadas y observar mis nerviosas contestaciones con su rictus imperturbable. Al salir, tras dar una palmadita amistosa al siguiente candidato, me senté mientras hacía un balance y concluí que el hecho de haber recibido tantas preguntas no era un buen síntoma, y que probablemente estaban buscando un motivo para descartarme. Así que pasé el resto de mi cumpleaños haciendo turismo y me di un capricho visitando el glorioso SS Great Britain, mientras me despedía mentalmente de la ciudad y rogaba con cierta pereza que me llamasen para otra entrevista pronto. Afortunadamente, al día siguiente Julian me escribió para mostrarme que estaba totalmente equivocado...

- 8 de septiembre: si antes hablaba de un cumpleaños extraño, sin duda este verano también ha sido singular. Dejar mi Murcia natal sin saber bien cuándo volveré me ha hecho disfrutar más de la gente este mes de agosto, conocer rincones de mi ciudad que tenía aún pendientes, bañarme más en la playa... Ha sido una época especial antes de este salto a lo desconocido que tuvo lugar este domingo en uno de los tantos vuelos de Ryanair que llevo ya acumulados. Por cierto, mirad lo que encontré en la revista de a bordo, nada menos que una guía sobre cómo gastarse 100€ saliendo de marcha por Murcia. ¡Si hasta cerraron el Musik y todo!
Bueno, en la próxima entrada ya os hablaré de mi vida por aquí, que ha sido bastante entretenida hasta ahora y parece que lo va a seguir siendo hasta el final de la semana, ya que viene a visitarnos un ilustre viajero: Álex Fagín. Hasta pronto!
Brutal lo de Murcia con 100€, sobre todo lo de ir de la Oveja Negra a Musik en taxi...¡eso es ser perro y lo demás tonterías!
ResponderEliminarPrepara el cuerpo que voy rumbero!!
Sí, lo del taxi manda narices, jajaja. Nos vemos mañana, un abrazo!
ResponderEliminarBuff... estaba revisando tu experiencia en la entrevista y me han entrado los nervios sólo con leer las cuatro líneas! Me voy a poner como un flan cuando me toque a mi... Aunque espero que sea pronto :p
ResponderEliminarClaro, hombre, eso sería buena señal! ;)
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